Relato corto: Sin mí
De repente, entreabrí los ojos. De repente, empecé a sentir. De repente advertí en mi cuerpo un frío helador, sino recuerdo mal creo que temblaba. Sí, casi seguro que temblaba. Percibí voces, voces enredadas en conversación disonante al sentir generalizado de mi mente atolondrada. Percibí risas estentoreas y diálogos que en ocasiones alcanzaba un histrionismo palpable. Tal era la algarabía formada en torno a mí que recuerdo que pude psicoanalizar la situación, pensé: el ser humano necesita saberse reconocido por los demás y busca sentirse integrado, las personas que ríen así muestran condescendencia para no señalarse en lo contrario. Mi cuerpo estaba presente, era obvio, de lo contrario no podría trasmitir lo descrito. Pero, ¿Dónde estaba postrada?, ¿en el suelo?, Deseché rápido esta idea, de hallarme en el suelo reconocería las perspectivas y además, podría tocar el suelo con mis supuestas manos de mi supuesto cuerpo. Creo que estoy tumbada en una cama, se me antoja que mi cabeza...